jueves, 6 de junio de 2013

De vuelta a casa

Ya han pasado más de quince días desde que volví a casa, desde que finalmente finalicé una etapa: Dijon. Estos han sido días extraños, día de transición. Es cierto que se acabó una etapa, pero durante este verano tengo que prepararme para la siguiente; y la vida sigue abriendo y cerrando etapas, y yo, mientras tanto, sigo pasando de una a otra sin perder el tiempo.

domingo, 14 de abril de 2013

Hoy y no mañana

     Empezaron los días soleados, empezó ya a notarse la primavera. La gente está alegre, por fin se llenan las calles, se disfruta el buen tiempo. Las terrazas han abierto, se disfruta la noche en las terrazas, no hace tanto frío. Hoy, domingo, saldremos a tomar el sol, a recargar nuestro cuerpo de vitaminas, no hay nubes y el pronóstico para hoy es bueno.

     Por otro lado, empezó definitivamente la cuenta atrás. Pienso en volver y me recargo de energía, es similar a tomar el sol, pero a la vez siento como pesa esta cuenta atrás, como cuando las nubes tapan el sol que te quema la piel, se siente frío, se siente tristeza; por un momento me siento triste, pero alegre por todo lo que me llevo conmigo, buenas amigas, buenas amistades que espero que no se marchiten con la distancia y el tiempo. Cada día pesa un poco más, cada día se hace más difícil pensar en el final, que está cerca. Pienso en disfrutar estos últimos días, a tope, intensamente; quiero disfrutar cada segundo, a poder ser, cada instante con vosotras, cada sonrisa, cada mirada de complicidad, cada carcajada, cada conversación, cada fiesta, cada salida, cada película, cada día que pasemos juntas. Me alegro muchísimo de haberos descubierto, aunque tarde, sino os hubiera descubierto no podría llevar a Córdoba esta sensación de que mi Erasmus ha valido la pena; mereció la pena esperar algunos meses, pero, por fin, congenié con alguien, tanto que a veces no hace falta hablar, no hace falta nada. Un gesto, una mirada,...eso vale para saber lo que estamos pensando, congeniamos, conectamos, eso me hace sentir bien. Me llevo de vuelta a casa varias grandes amistades, un puñado de buenas experiencias, otro pequeño puñado de decepciones, y unas cuantas de toneladas de carcajadas que acaban con lágrimas...Me llevo todo y nada. Se queda aquí lo material, os quedáis vosotras, y yo me vuelvo, pero nos volveremos a encontrar, encontraremos el momento para volver a conectar. No es tan fácil de obviar, instintivamente buscaremos el momento de volvernos a ver.

     En pocas semanas vendrá mi hermano, estoy deseándolo. Quiero enseñarle esta vida que ha sido tan mía durante esto meses. Quiero mostrarle las calles que he recorrido de noche y de día; los bares típicos, la cerveza, el kir, el queso, el ratatouille, la quiche; iglesias, monumentos, parques, el lago; París, sus calles, sus gentes, sus lugares más recónditos, sus esencia,...Quiero que conozca lo que yo he conocido, lo que he disfrutado. Estoy deseando que os conozca y que lo conozcáis, os encantará.

    Hoy vamos a conquistar el cielo, como dice Bebe, sin mirar a cuanto queda del suelo. Hoy vamos a disfrutar de hoy, sin pensar en lo que haremos mañana, sin pensar en que  mañana me iré, y aquí no quedará nada de mí. Hoy vamos a disfrutar y no vamos a pensar más, mañana otro día será.

lunes, 1 de abril de 2013

Je ne suis pas une rêveuse...

     Los días se van pasando y ya va notándose la cuenta atrás. Me queda un mes y medio, estoy deseando volver a casa, pero no quiero marcharme de aquí. Las semanas pasan muy rápido, pasan las estaciones, pero nunca llega la primavera. Estamos atascados en un  invierno que ha sido el más largo de nuestras vidas. Los días son más largos, de vez en cuando sale el sol, pero aún sigue notándose el olor a invierno, olor a madera quemada, y el frío sigue helando la sangre. Algún día que otro puedes disfrutar del calor del sol, aunque no es lo más normal.

     Tengo tantos proyectos en mente que el que pase este es síntoma de que los siguientes están próximos. Me he acostumbrado a vivir aquí, a mis amigas, supongo que no quiero separarme de ellas, aunque cuando esto acabe, que estaremos dispersos por la geografía española, espero que sigamos quedando de vez en cuando, o llamándonos. Espero que todo esto no se haya sido un simple sueño, espero que sigáis siendo realidad una vez el sueño acabe.

lunes, 18 de marzo de 2013

Nuestro viaje se acabará...


    Siempre he temido a la soledad, pero más aún a esa soledad que aparece cuando estás rodeada de gente. La soledad más dolorosa es la que uno siente pero nadie más puede percibir ni comprender.  Tener amigos y familia que te quiere no significa que en algún momento no nos sintamos solos. Sentirse solo es algo natural. La soledad se siente cuando alguien se va, cuando alguien deja un vacío difícil de rellenar.

     La soledad. En una sola palabra se reúnen un millón de sentimientos, un millón de sensaciones que sólo uno mismo sabe entender, e incluso así, muchas veces, ni uno mismo comprende el porqué de estas sensaciones. Sentirse solo no significa que se sea una persona con necesidad de estar siempre con gente ni que el hecho de que en algún momento del día no haya nadie le haga sentir solo. Sentirse solo es, a veces, necesario. Es necesario para tomar contacto con uno mismo, para darse cuenta de lo que se quiere realmente y porqué se siente de esa manera.

    A veces sentirnos solos nos hace madurar ya que mantenemos conversaciones inimaginables con nosotros  mismos. Nos hacemos preguntas que nuestro subconsciente contesta, ya sea a través de sueños o en forma de ideas. Vemos cosas que antes no veíamos. Aunque muchas personas crean que los sueños son simples recreaciones del cerebro para mantener la mente ocupada mientras dormimos, algunas personas creemos que son recreaciones, sí, pero del subconsciente. Este acerca a nuestra parte consciente nuestros propios sentimientos, en ocasiones que ni siquiera nosotros conocemos; incluso pone en manifiesto ideas contradictorias a las que tenemos, ideas maduradas en el subconsciente, ideas contrarias razonadas subconscientemente. Nos pasamos la vida eligiendo, tomando decisiones de manera consciente, pensando, dejándonos llevar por la razón y el corazón, pero en el subconsciente está la clave.
Para Miriam, con cariño.

jueves, 28 de febrero de 2013

París-Budapest-Viena



 Dijon - París

     La segunda quincena de febrero ha sido bastante entretenida, no he parado ni un día. Al principio de la quincena vinieron mis padres, fue un no parar. Visitamos todo lo visitable de Dijon casi hasta hacer sangrar los pies, aunque hay que decir que usamos bastante el tranvía y el autobús. El sábado fuimos a París, como no, París. La capital de Francia, con su torre Eiffel, les Champs-Elissés y todas esa gente estresada que corre de un lado para otro chocándose contigo y mirándote mal por interponerte en su camino. En definitiva, una capital muy hermosa por un lado, y demasiado basta por otro. Cumplí mi misión de hacer que la visita de mis padres valiera la pena, no tan solo por verme, sino también por visitar muchos lugares emblemáticos que siempre han querido conocer. Fueron unos días de almuerzos de super, pizza, café de Subway o McDonalds,...Aunque un día comimos de restaurante los demás días no puedes desprestigiarse, comimos bien, a nuestra manera.




Budapest - Viena





   Inmediatamente después de la visita de mis padres venía otro viaje. Este viaje comenzaba el mismo día de su partida. Ellos se fueron un Martes de madrugada y yo cogí el tren hacia París -- sí, París, comunica cualquier rincón con el resto del mundo -- ese mismo día por la tarde. Después de horas de viaje mezclando trenes, tranvías, metros, autobuses y avión las cuatro dijonesas llegamos a Budapest, cogimos un taxi y, por fin, llegamos al hotel. Para matizar un poco el tema "taxi" sólo diré que, bueno, fue la novata del viaje, nos cobró más de la cuenta, pero, claro, ¿qué íbamos a saber nosotras? Otro matiz, esta vez sobre el hotel, teníamos reservada una suit privada con cuatro camas y cuarto de baño, cuando llegamos nos encontramos una habitación con un altillo en el que había dos colchones, una litera, un colchón tirado en el suelo, una televisión cuya función no llegamos a adivinar y, por último, un cuarto de baño en el que no podías ducharte, lavarte los dientes y orinar ya que la bañera se inundaba con riesgo que inundar la habitación entera, el lavabo se inundaba y hacía que el desagüe se llenara de agua y rebosara, y el váter tenía una fuga en una cañería por dónde salía la orina. También he de decir que nos arriesgamos y lo usamos, excepto la bañera que conllevaba un riesgo demasiado alto. Para finalizar con el tema del hotel diré que por lo menos no pagamos gran cantidad por él, el precio de las cinco noches por persona no llegaba a 45€. Una vez asentadas salimos a buscar urgentemente un lugar dónde comer bien. Cuando comimos comenzamos la visita a Budapest. Recorrimos todos los lugares que pudimos, echamos mil fotos y comimos cuanto quisimos.




     Decidimos que podríamos ir el último día a Viena, ya que los días anteriores los habíamos tenido ocupados con visitas, etc. Compramos los billetes y cogimos los horarios de salida. ¿Cuál fue el problema? que no nos despertamos...nos despertamos tarde y cogimos un tren que tan solo nos daba de margen entre la llegada de este a Viena y la salida del siguiente dos horas para visitar la ciudad. Salimos corriendo y nos dispusimos a ver todo lo posible, sin embargo, nos dimos cuenta de que era imposible, llevábamos 20 minutos andando y tan sólo habíamos recorrido media avenida. Llegamos al final de la avenida y vimos algunos museos que había por la zona, pero poco más. Lo bonito del viaje fue que ironizábamos continuamente con nuestra visita a Viena: <<por lo menos podremos decir que hemos estado aquí>>, <<sí, dos horas>>. Viena esta toda cubierta por más de cuarenta centímetros de nieve. Los coches parecían iglus, grandes trozos de nieve se desprendían de los tejados haciendo peligrosa la visita de la ciudad. A cada instante se caía un trozo enorme delante nuestra, suspirábamos porque no nos hubiera caído encima. Y, por último, y lo más exquisito del viaje: noodles en un chino. Los compramos justo tres minutos antes de que el tren saliera para comerlos durante el viaje. Corrimos hacia el tren y, por suerte, no lo perdimos. Lo único malo del viaje fue la sed. Se acabó el agua y los noodles picaban mucho. Pensamos en lo mal que lo pasaríamos hasta que pudiéramos beber agua potable y decidimos que las cuatro beberíamos del grifo del tren, agua potable, pero no muy recomendada debido a su alto sabor a...no sabría como describirlo, prefiero no hacerlo ya que al menos nos quitó la sed. Eso no fue suficiente así que al llegar a Budapest arrasamos con todas las botellas que la gente se había dejado en sus asientos al bajar del tren y bebimos un poco de agua potable, pura agua.
     Fue un viaje con una gran carga de todo, alegría, enfados, tristeza, llanto, risas, carcajadas, buen humor, mal humor, sinceridad, y un largo etcétera.






Día de Andalucía

Hoy es un buen día para utilizar la palabra morriña. Hoy es un buen día para echar menos. Hacer un recorrido por tus <<amigos>> de facebook ayuda a que aparezca la morriña. Encuentras gente de la que te habías olvidado, pero que se hicieron hueco en tu corazón. También puedes encontrar otros tipos de gente: gente que agregas por compromiso, unos que no conoces, otros cuyo nombre no recuerdas,... Hoy es un buen día para eliminar a esas personas que no forman parte de tu vida y nunca lo formaron.

Sencillamente, hoy es el día de la morriña. Es el día de Andalucía. 28 de Febrero. Desde casa puede resultar otro 28 de Febrero más, un día que celebrar al que nos hemos acostumbrado. Sin embargo, cuando estás lejos te das cuenta de lo importante que es en realidad. En el día de Andalucía no se celebra simplemente el día de una Comunidad Autónoma, se celebra la unión entre sus ciudades, sus pueblos y sus habitantes. Durante este día se olvidan diferencias, nos unimos, disfrutamos,...

jueves, 17 de enero de 2013

Vuelta a Dijon


     A punto está de terminar la primera semana completa de mi vuelta a Dijon. Comenzó con varios días de agotamiento extremo debido al largo viaje. Entre avión, cercanías, trenes y metros casi no tuve tiempo de dormir bien y eso supuso un par de jornadas de aturdimiento. Una vez recuperada me dispuse a arreglar mi habitación, hacer la compra y proponerme un nuevo propósito para este semestre.

  Primero averigüé los horarios de las asignaturas que voy a cursar, insistiendo en que no me coincidieran y que tampoco supusieran un gran esfuerzo y mucha pérdida de tiempo. Cuando las tuve controladas me di cuenta que me quedaban muchas horas libres a la semana que perfectamente podría utilizar para salir, vaguear, reunirme,...pero no, mi decisión fue repartirlas entre ocio y estudio. Mis propósitos de este semestre son profundizar en inglés y francés, además de salir con mis amigos, claro.

  Cada vez me veo más suelta en lo que al francés se refiere, y eso me da mayor seguridad y motivación. He comenzado a sumergirme en el interesante mundo de la lectura  de comics en francés. Ya se que no es un mundo demasiado interesante, pero es muy motivador enterarte de todo lo que lees, por lo que decidí ir a comprar más libros. En el cash-converter puedes encontrar una amplísima gama de libros en francés, sobre todo comics. Compré varios, ya que se leen rápidamente, para tener lectura de sobra.

   En Febrero vienen mis padres a verme, esto me supone un poco de estrés. El hecho de que vengan y vean que no puedo desenvolverme sola con el idioma me da un poco de miedo. Sin embargo, hoy he comprobado que no tiene porqué ser así, he ido a reservar el hotel y he sido capaz de entenderme con el dependiente. Supongo que no tiene porqué haber ningún problema cuando ellos estén ya que la ciudad me la conozco y creo que puedo defenderme. De todas maneras, estos días que quedan pretendo afianzarme un poco más y estar más segura de mí misma en este aspecto.

  Mientras buscaba los billetes de tren para mis padres, he recibido un correo a mi correo de la Universidad de Córdoba -- eso tenía que significar buenas noticias. En efecto, buenas eran. Ya se ha recibido el dinero por parte de la JdA y del MEC por lo que me harán el ingreso de la beca Erasmus en pocos días. Esto supone un golpe de aire fresco, nuevas pretensiones y planteamientos. Por fin tendré dinero para poder vivir cómodamente, darme algún caprichito e, incluso, viajar.

  Por fin las cosas van encontrando su cauce, parece que lo que queda de mi estancia Erasmus va a estar llena de aventuras, nuevas experiencias y viajes. Espero que todo salga tan bien como ha ido saliendo desde el principio.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Ya sólo queda esperar


     Llevo días aburridísima, estudiando con largas pausas en las que no se qué hacer, encerrada en 6 metros cuadrados y saliendo sólo para comer. Con esta descripción parece que te estuviera definiendo la cárcel, pero no, es mi habitación. Estoy un poco cansada de estar aquí, más que nada por la abrumadora rutina en la que estoy sumida últimamente. Tengo ganas de ver a mi familia, a mi Langui y mi Chucky, a mis amigas. Tengo ganas de estar contigo, sentir los nervios del reencuentro,... Quiero sentirte, sentir lo que sentimos después de un largo tiempo sin vernos. Quiero comer, beber, salir, bailar, cantar, reír, llorar de alegría, de tristeza en las despedidas, correr por Córdoba,...

     Estos días he estado soñando mucho con mi Langui. Me despertaba, miraba al suelo, veía una mancha negra y creía que era él, pero no lo era, eran mis calcetines. Me gustaría saber si me echa de menos. Es un perro, lo se, pero el vínculo que tengo con él es absoluto. Se que se pondrá muy contento de verme, de estar en casa por fin. ¿Y mi Chucky? ¿Que será de mi viejo dentudo blanco que tan cariñoso es? 

     Que ganas de volver a casa. Sentarme al calor del brasero, ver la tele con mi familia, comer exquisitos platos, y discutir con mi hermano por tonterías. 

     Los días van pesando, se van haciendo día a día más largos. Durante estos meses he acumulado muchas experiencias, he conocido gente nueva de diferentes países, culturas y religiones. He visitado pueblos, ciudades. He recorrido las calles de mi ciudad, Dijon, y he entrado en diferentes bares y tabernas. Los días han volado, y las semanas han pasado sin darme cuenta. Sin embargo, a día de hoy, los días pasan super despacio, las horas se hacen eternas y las semanas no terminan por concluir. Queda menos de una semana para volver a casa, precisamente cinco días. En menos de cuatro días estaré en París, y, al quinto, en Sevilla, y, por fin, en casa. 

     Aquí no deja de llover, hace menos frío que días atrás, pero la lluvia es continua. El viento entre por las rendijas de mi ventana, susurrando todo el tiempo. No me deja concentrarme. Cierro la persiana pero es peor, el viento la mueve como si quisiera arrancarla. Intento crear un ambiente relajado, con música clásica, para poder estudiar.

     Ahora hace sol, no, espera, se acaba de nublar. Hace sol, nubes, lluvia, viento. Si baja un poco la temperatura se pondrá a nevar, pero ya no creo que baje mucho en los días que me quedan. Mejor, así no tengo la tentación de salir a jugar con la nieve y sigo intentando estudiar. Hay muchas cosas que me distraen, sobre todo pensamientos que me llegan sin previo aviso. Estos son los mismos de siempre, siempre relacionados con la añoranza. 

     Ya sólo queda esperar. Esperar a que los exámenes salgan bien, terminen, y que llegue pronto el día de regreso. Estoy deseando ese día. Ni siquiera se que sentiré cuando vea a mi familia esperándome en el aeropuerto. Ni siquiera se que sentiré cuando llegue a casa y me reencuentre con mi verdadera vida. Ni siquiera se que sentiré cuando os vuelva a ver. Ni siquiera se que sentiré cuando te vuelva a ver.